viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Y la Televisión?


Para empezar, vamos a aburrirlos con un poco de historia.

A alguien no le entra la duda de saber… ¿De dónde proviene la palabra “TELEVISIÓN”?

Pues amigos, la palabra televisión proviene del griego “TELE”, que significa distancia y “VISIO” que significa como bien dice… ¡VICIO!, bueno no, significa visión. Quizá nadie se lo haya preguntado alguna vez, pero si así fue, pues qué raro, o ¡vaya! que inteligente. 

La primera vez que se utilizó algo parecido a la televisión, fue mostrándose una serie de imágenes en movimiento, ¿Quién podría creerlo? Esto sucedió en Londres, alrededor de 1900.

Pero bueno, este aparato, que no tiene tantísimos años de haberse creado, ha ido evolucionando tanto y bien, ha sido uno de los más grandes inventos por el hombre, pero fue él mismo quien empezó a utilizarla de manera inadecuada. 

            Empezando por noticias y con historias que lograban hacer pasar un buen momento a las personas, pasó a ser uno de los más grandes servicios de entretenimiento y publicidad, influyendo de manera impactante en la forma de actuar y pensar de las personas y puede llegar a cambiar la forma de ver la realidad.

Lo anterior se debe a que actualmente, tenemos una mente débil y superficial. Los más afectados por su influencia son los niños, quienes por su gran imaginación logran crear un mundo mucho más grande al que la televisión les muestra.  


Además, ¿cuántas veces no hemos visto las novelas de las televisoras más famosas, hablando sobre temas muy delicados en los que los protagonistas suelen ser inocentes y fáciles de engañar, y donde todo es drama y dinero? O los anuncios publicitarios, cada vez suelen ser más atractivos al ojo humano; dependiendo del producto a vender, suelen destacar más el sexo, la diversión, el lado “bueno”  para consumirlo, pero nunca dan a la luz las consecuencias.

Según estudios que han sido realizados por el Departamento de Psicología de la Universidad de Essex, Colchaste, en Reino Unido hay una gran preocupación acerca de los efectos y el comportamiento que produce la televisión en la infancia; el estudio se basa en si la velocidad de edición en un programa tiene gran influencia en el comportamiento del infante. Básicamente tomaron para la muestra a niños en edad de preescolar, a dos grupos de infantes en donde a uno le pusieron el programa lento y al otro rápido con un narrador de libros infantiles, haciéndoles una prueba para ver cuanta atención ponían. Los resultados arrojaron que el rendimiento depende del grupo y de la edad, y que con solo ver un poco de televisión las probabilidades de error crecen.

         Este estudio es solo una pequeña muestra del impacto que tiene la televisión a nuestra forma de vida; a causa del fácil acceso que se tiene a este aparato, la sociedad en general  estamos en peligro de ser atrapados por este medio y las probabilidades crecen si no logramos tener un control sobre nosotros mismos, y sobre nuestra mente.

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